Cómo empezó

Hace unos años mi madre me comentó que de pequeña, en la posguerra, su ilusión hubiera sido tener una casa de muñecas, en ese momento me pareció una tarea titánica, pero pensé que una mini tienda sí podría hacer y ayudar a quitarle el gusanillo.

Elegí una frutería por su variedad y colorido y el éxito fue completo, así que año tras año fui añadiendo nuevas tiendas a la colección, hasta hoy.

Cada una de ellas ha ido suponiendo un reto para mí, totalmente profana en estas cuestiones, ya que mi objetivo era comprar lo mínimo imprescindible y, por lo tanto, buscarme la forma de hacer cada cosa que fuera necesitando. Dediqué horas a buscar por internet ideas, tutoriales y materiales para llevarlas a cabo y ahora quiero compartir todo ello con  aquellas personas a las que les gusten las miniaturas con la intención de que se animen a iniciarse en ellas o a ampliar nuevos horizontes.

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